Os adelanto que me gustó mucho.
Conocí el restaurante con motivo de acercarme como jurado, para evaluarles para el Concurso Internacional de la Mejor Fabada, organizada por el Ayto. de Villaviciosa (Asturias) y el Grupo Gustatio. Nacho Coterón.
Nieto de la inolvidable "Casa Generosa" de Asturias, típica y famosa cocina de la abuela, con todo el amor, y a fuego lento, muy lento, como se hacía ancestralmente en Asturias, y a su esposa, Teresa Lastra, aventajada alumna del mismo establecimiento, que al frente de los fogones tiene la lección bien aprendida. Con diez años ya en el negocio, lo cuidan como si un rincón de Asturias se tratara, y cada año organizan las jornadas de las fabas, que suelen ser por Diciembre, y las del bonito, que este año comienzan el 22 de Julio.
Empezamos con unas sorprendentes croquetas, croquetones mejor, de fabada. Una sorpresa porque no las había probado nunca. Bajo un crujiente y muy fino rebozado, se esconde una especie de mousse de fabada, incluido el compango, que da la sensación de haber metido en boca una cucharada de auténtica crema de fabada. Muy buenas.
La fabada excelente, con fabes de la granja, procedentes de la parte de Pravia- Peñaullán, que dentro de la cosecha irregular de este año, estaban de categoría, con un compango de primera, que trasladó adecuadamente todo su sabor a las fabes. Marcó un inicio de concurso con un listón muy alto.
Pero no quería Bautista dejarnos ir, sin probar otras cosas que es capaz de hacer Tere en la cocina, así que nos añadió por su cuenta, un plato de
desarme típico, (garbanzos de la Bañeza, finísimos, bacalao y espinacas)
cebolla rellena de bonito en escabeche
patatas rellenas de carne
setas al cabrales
pimientos de de Piquillo rellenos de bonito, con salsa de Piquillo
pixin (rape) en lomos con salsa de oricios (erizos de mar).
Y de postre, tres tartas, totalmente caseras,
de zanahoria, buena de verdad
a la sidra, suave y con una botella de sidra por tarta, según nos dice, y
de cuajada con frutos del bosque extraordinaria. Auténticas tartas de la abuela, como hace tiempo que no probaba. Para terminar,
un arroz con leche, suave y cremoso, que para mí, solo le faltó requemar el azúcar.
Comparto crónica de nuestro compañero de elsumiller.com Pedro Álvarez, con el que comí el dia en cuestión.
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